Las 10 cosas a tener en cuenta en 2018, que aprendí en 2017

Desde luego escribir en el blog, no mucho… Pero aburrir, no nos hemos aburrido.

Despeinada, exhausta y con alguna herida de guerra. Así acabé 2017.

Pero ya entrados en este nuevo año (con 14 días parece que ya llevemos mucho más en él), lo mejor es actualizar esa lista de propósitos que hemos hecho año tras año, y darles un poco más de estilo e incluso madurez…

Si algo he descubierto en 2017, es  que la vida va en serio. Y eso, a una persona tan ignorante y feliz como yo, cuanto menos le sorprende. ¡Qué mareo! ¡Qué pendientes! De repente estábamos arriba, de subidón, dándole al cava y apuntando sueños en una libreta (invisible, porque siempre nos la olvidamos). Y al día siguiente, o veces a las horas, en el más asqueroso barro. Pelo sucio, por la cara y revolcándonos en el fondo de la desdicha.

He recorrido París, Milán, Praga, Lyon, Londres… A veces sola, otras veces en compañía. He echado de menos a muchos amigos a los que no he podido dedicarles más tiempo. También ha habido gente a la que he echado de más.

Torbellinos de emociones que me han hecho aprender muuuuuuchas cosas que espero recordar. Las comparto con vosotros, por si alguna os puede servir.

1- La salud es lo primero. El pasado año se cargó a unos cuantos a mi alrededor. Por tanto, cuidémonos. Llámalo ir al gimnasio, a pádel,  a yoga o caminar con tu perro, pero hay que moverse.  Solo tenemos un cuerpo, y aunque reconozco que este es el típico propósito anual, cuidemos nuestra salud.

2- Otro tópico, pero la segunda enseñanza del año pasado fue al corazón. Cuando parece que todo tenga que ir bien, resulta que va mal. Que inevitablemente no puedes controlar todo. Que las cosas llevan su tiempo. Y que no, darlings, que el amor como la energía, no se crea ni se destruye, solo se transforma (y a veces por el camino duele). Pero eso sí, he aprendido que está en tu mano saber cómo transformarlo hacia algo mucho mejor.

3- Algo que me está siendo muy útil: cómo desarrollar una paciencia infinita sin perder el equilibrio mental. Tengo material para un libro entero titulado “Master en Paciencia by la Stream”. Qué tortazos me he llevado hasta aprender a tener paciencia. Ya está. Ya pasó. Graduada summa cum laude.

4- Depende de la época, incluso en 2018 sentiremos a nuestro ladito la jodida ansiedad. Pero os diré que tiene truco: hay que llamarla por su nombre, saludarla, y dejarla ir. Esto es oro a nivel de sabiduría. Me siento orgullosa de saber cómo controlarla. Prometo compartir todos mis conocimientos algún día. Pero sí, es el primer paso para gestionar el estrés emocional.

5- Otra cosa que hay que tener en cuenta es que las apariencias engañan. Sí claro, ¿a que ya lo sabíais? Sí, yo también. Pero no lo tenía interiorizado hasta que vi la realidad: hay mucha gente a mi alrededor pasando malas rachas. Mucha. Y pocos, muy pocos tienen el coraje de decirlo.  Es un “si no lo digo no existe”. Hasta que yo no he dicho “estoy en la mierda” no he sabido cuánta gente estaba mucho peor que yo. Y es una pena, pero bueno. Cada uno lucha sus batallas de la forma que cree conveniente. Yo, desde luego, necesito a mi gente.

6- Viajar abre la mente hasta tal punto, que he aprendido que París me gusta casi, casi tanto como Nueva York. Que adoro perderme por sus calles, comer des galettes y, ojo apuntad, “Merveilleux de Fred“. Este postre pasa a ser uno de mis preferidos. ¡¡Y 2018 viene cargadito de viajes!! Alemania, Francia, Abu Dhabi, Marruecos están ya confirmados. Os contaré por mis stories…

7- Importante también retener que las penas con cava y con amigos, son menos penas. Que a mi alrededor hay personas maravillosas con las que siempre podré contar. Personas de las que aprender, a las que escuchar. Personas a las que agradecer siempre esos momentos de risas que actúan de salvavidas y que crecerán este 2018.

8- Octava lección del año pasado: ser rubia está bien. Pero ser lo que eres, una morena de toda la vida, está mucho mejor. Esto no descarta que vuelva a ser lo que me de la gana ser, of course.

9- Siempre he tenido razón: el karma existe. Este año lo voy a comprobar todavía más y ya no tengo ninguna duda.

10- Todas las lecciones aprendidas en 2017 son importantes, pero si tengo que elegir una es que me quedan tantas cosas por aprender, tantos lugares por descubrir y tantos buenos momentos por venir, que es normal sentir miedo, ansiedad, tristeza y hay que saber aceptar esos sentimientos.

Nos hemos reído, también hemos llorado, hemos compartido momentos geniales y las ganas de seguir llenando las líneas de la vida no se acaban nunca.

La última cosa a tener en cuenta este año es que planificar todo esto está genial, pero el arte de la improvisación aporta mucha más pasión. Y oye, a lo de caer y levantarse ya le vamos pillando el truco ?

Besicos!

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